Hay una canción de Silvana Estrada que nos encanta y dice así;

“Que por ti me voy al Norte,

Que por ti me voy al Sur,

Que no importa si hay destino

Siempre y cuando en el camino……. vayas tú”

Hay sitios que son lugares.

Nos gusta el norte de la isla porque en estos últimos años el Norte de la isla se ha revelado como una sociedad activa, joven y con ganas de emprender. Su modelo económico está basado en deportes náuticos, en pequeños establecimientos hosteleros, viviendas vacacionales, actividades de bienestar, de arte, de pequeños promotores y constructores, en hoteles, de profesionales independientes que apoyan esta sociedad… Este dinamismo ha generado una interacción entre residentes y turistas, nómadas digitales, familias con niños, de vibrante vida social, festivales, playa, mar, de sol…

Tiene una identidad propia y es diferente a otras zonas de la isla, con un modelo más activo, más distributivo, menos anquilosado y menos dirigido. Todo realizado por una sociedad civil a la que no tiene más remedio que adherirse el poder público.

Estamos ante un sitio que es un “LUGAR”.

¿Por qué el Norte es diferente? Hay otros sitios en la isla o en Canarias que no se asimilan a lugares. Son espacios urbanos o zonas turísticas que carecen de identidad o personalidad propia. Existe una obra de Marc Augé, “Los No Lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad” que define a estos sitios como espacios siempre en movimiento, espacios de tránsito, espacios artificiales que sin individuos no tendrían significado. Estos sitios son espacios que nos llevan a la individualidad personal, lugares en los que no se da pie a la relación entre individuos. Pero no son lugares.

Edward Hopper supo retratar como nadie esos espacios impersonales que son no-lugares.

Algunos buscan en el destino una cierta identidad, con vibrante actividad social, deportiva, interacción social, con pequeños restaurantes y negocios, lo que es complicado de obtener con la frialdad de una mera planta hotelera gestionada por múltiples empresas, con una atmósfera de aeropuerto en la que vayas donde vayas te encuentras en tránsito en un no-lugar.

El modelo del norte no es perfecto. Ninguno lo es. Como todos los modelos en estado puro genera conflictos. Sin embargo, un lugar en el que turistas de todo tipo, de hoteles o de viviendas vacacionales y los residentes se mezclan, conviven e incluso se enamoran ha demostrado ser más activo y distributivo.

Sin ser perfecto, este modelo no es causa eficiente de todos los males turísticos o de falta de vivienda de la isla, o de cualquier otro que se le atribuye últimamente. Estamos seguros que quienes han de definir la política turística en los próximos años harán un análisis real alejado de presunciones o datos o intereses de difícil trasposición a este lugar. E intentarán subsanar los defectos existentes que no la esencia del lugar. Ellos conocen el lugar, son lugareños y excelentes profesionales.

Por eso, nos gusta el NORTE. Entendemos que este modelo es más ágil, más moderno, adaptado a una realidad social muy cambiante y, sin perjuicio de reconocerle defectos, nos parece más exitoso, más alegre, más bonito. Somos más LUGAR.

Nos gusta este Lugar. We Law you